Luego de un año nefasto en Boca, la “mesa chica”, como se autodenominan los dirigentes más importantes (London, Beraldi, Ameal, etc.), evaluaron que el equipo más grande de Argentina no podía seguir el mismo rumbo que el año pasado. Por eso comenzaron, desde muy temprano, haciendo modificaciones en el plantel y el cuerpo técnico.
Luego de la escandalosa salida de Alves, asumió el cargo interinamente Pompei, pero no pudo acariciar el fútbol que un equipo debería tener con Riquelme. Su cargo era hasta la finalización del torneo, luego asumiría,el penta campeón en colo-colo y campeón en Argentinos, el bichi Borghi. Un verdadero acierto.
También escucharon sus peticiones y empezaron a traer los refuerzos. Primero cayó Insarrualde, luego Luchetti y por último Cellay. En estos días firmará Riquelme y también lo hará (o ya lo hizo) Palermo.
Del mismo modo, dejaron libres a muchos jugadores como Insua, Morel Rodríguez, Predigger, Marino, jugadores de los cuales Boca no sacó su máximo provecho (salvo Morel).
Lastimosamente, Gatitán emigró al Benfica y no va poder compartir equipo con este gran plantel. Esperemos que este semestre Boca no defraude y comience a representarnos como tan bien lo hizo entre el 98 y el 2005.
rodri puto
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